... o la combinación de todas.
Escogí esta canción luego de pensar mucho si me decantaba por una canción de metal gótico, o un clásico de piano tocado por Lang Lang, por supuesto a veces me gana el amor y decidí que Camille reúne, en esta canción, los amores más grande que he sentido: la cocina y mi sobrino.
Sentarse con un niño o niña es precisamente entrar a un mundo que hemos olvidado; verlo comer, verlo reír y escuchar su voz diciéndote que no hay mejor persona que vos (en mi caso, después de su mamá, por supuesto) es lo más maravilloso que le puede pasar a un ser humano: tener el amor de un infante.
Con eso como punta de lanza dejo este trozo de sentimiento con ritmo y armonía. Esperando que no solo el amor de adultas hacia un infante nos abrace, sino también que podamos recordar ese momento mágico de la infancia en el que fuimos inmensamente felices. Esos momento son los que nos hacen fuertes.
Un abrazo, los dejo, debo ir a cocinar.
Cuando la música se convierte en inspiración
Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.
Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?
[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]
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