Relato inspirado en Burn it Blue de Caetano Veloso y Lila Downs |
Me imagino el momento justo en el que encendía el incienso por las mañanas. La llama corta, brevemente azul y luego el anillo de fuego pequeño y sostenido en cada varita, soltando ese humo dulce que aprendí a amar. Seguramente tomaba ceniza sagrada y después de cantos, la tomaba con alguna cuchara para ese fin y la ponía en su boca, teniendo la idea de contar con una parte de algún dios en su lengua, concentrada en la música a su alrededor y con la mente en otra parte menos en el rústico lugar donde le tocó vivir.
Me imagino que después del baño, se adornaba la frente con un bindi, ese punto rojo que la hacía ver más hermosa a los ojos de todos, con la línea entre la raíz del pelo, dando a entender su lugar como mujer casada, para siempre unida a la familia de su esposo. Quizás tuvo que quedarse mucho tiempo encerrada después de la boda. Quizás soñaba con lo verde de los jardines de la casa de su infancia. Quizás quiso otra vida para ella, no tengo forma de saberlo.
Me imagino que prefirió la muerte antes de ser aislada, repudiada, ignorada. Prefirió la muerte antes de mendigar por las calles como las demás viudas, antes de desaparecer en vida y convertirse en polvo. Me imagino que prefirió terminarlo todo y convertirse en ceniza antes de que otros la obligaran a hacerlo.
Veo lo que queda de ella a través del vidrio de esta vitrina y me pregunto si también la llama de su pira funeraria fue en algún momento azul.
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