Una fila interminable de personas espera afuera. Sus ojos se llenan de ansiedad cada vez que me levanto de mi escritorio. Aún faltan cinco minutos. Veo su impaciencia cada vez que miran el reloj a través del cristal. Faltan cuatro minutos. Bebo un poco de café frío mientras trato de ordenar los papeles en el escritorio. Un señor con bigotes toca por la ventanilla demandando que ya es hora. Sin emoción, le indicó el reloj en la pared, faltan dos minutos. La gente siempre es puntual cuando se trata de sus intereses. Un minuto. Un minuto interminable para ellos, demasiado corto para mí. Me levanto de la silla. Veo como aumenta la ansiedad de los de afuera cuando ven que me acerco a la ventanilla. Sus ojos llenos de cristalina emoción, como mascotas alegres cuando ven a su dueño acercarse para jugar con ellos. Cambio el letrero de la ventanilla de “cerrado” a “abierto”. Ya son las ocho.
"Buenos días.”, exclama el señor de bigotes. Le devuelvo el saludo con un buenos días rutinario mientras tomo el documento de identidad que me entrega. Busco dentro de todos los documentos algún papel que diga 'Juan Luis Gutierrez'. "Aquí está señor Gutierrez, por favor verifique que todo esté correcto.” Juan Luis verifica el papel, sus ojos se llenan de felicidad y una sonrisa invisible se dibuja debajo de ese bigote mitad negro mitad blanco. "Si, todo está en orden.” "Necesito su firma aquí, y aquí también." le indico en los papeles blanco y rosado que debo archivar después. Juan Luis firma sin titubear, le entrego su documento y rápidamente desaparece de mi vista sin antes exclamar “Muchas gracias. Que pase un feliz día.”
Hoy es fin de mes. Para Juan Luis significa media hora en una fila en la ventanilla de pagos. Una hora en la ventanilla del banco para cambiar ese cheque que le acabo de entregar. Una hora en los establecimientos de servicios para pagar las facturas pendientes. Para mí significa esa fila interminable que espera afuera desde hace una hora. Significa revisar incontables documentos con identidades que después del primero olvidaré, significa llamadas, discusiones y dar explicaciones o excusas porque a alguien se le olvidó entregar la planilla, revisar montos y cantidades, apellidos o cualquier cosa que la gente siempre olvida. Recolectar firmas en papeles blancos y rosados que al final del día debo archivar cuidadosamente. Si, es fin de mes. Un cheque también espera por mí. Mañana es sábado y podré descansar.
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NGB.DA20140228
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