Tendría seis años
la primera vez que escuché Kashmir. Me crié en un entorno familiar amplio, con
tíos jóvenes, lo que fue una bendición en términos musicales, pues me rodearon de las grandes bandas desde muy pequeña. Sin embargo, recuerdo que esa
primera vez me pareció una canción larga, de mayor. Eran mis tiempos de cantar
y bailar a Enrique y Ana.
A mis 13 ya le
había agarrado gusto a Led Zeppelin. Stairway to heaven e Immigrant song sonaban
en los cassettes que grababa luego de pedirlas a la radio. Pero al escuchar de
nuevo Kashmir, la experiencia fue completamente diferente. La música tiene
innumerables propiedades. Te cambia el ánimo, te relaja, te transporta.
Para mí, Kashmir
es todo esto junto, y más. En mis momentos de mayor estrés, o de bloqueo
mental, es siempre un oasis. Un oasis, como el que Robert Plant de seguro fantaseó
encontrar mientras cruzaba el Sahara, en una experiencia que un par de años después
dio a luz esta sublime canción, parte del álbum Physical Graffiti, de 1975.
El propio Robert
se refirió muchas veces a Kashmir como la "canción definitiva" para
Zeppelin. Aún no le perdono que haya prestado la intro para "Come with
me", con Puff Daddy... pero eso es tema aparte.
Esta quincena las
Non-girly Blue nos transportaremos con la impecable instrumentalización y la
etérea lírica de este tema. Esperamos que nos acompañen para leer el resultado.
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