Estoy en la niebla que empaña tus caminos,
en el suspiro que das por la mañana,
fuera de la puerta de tu casa mientras tomas un café y
en la marca de las olas que no volviste a ver.
en el suspiro que das por la mañana,
fuera de la puerta de tu casa mientras tomas un café y
en la marca de las olas que no volviste a ver.
Estoy en la nieve revuelta que agoniza a tus pies,
en el velo de la novia que algún día esperas encontrar y
en la espuma de la cerveza que celebra un año más.
en el velo de la novia que algún día esperas encontrar y
en la espuma de la cerveza que celebra un año más.
Me guardas en tus manos,
en la punta de los dedos que toman tus sueños
y los convierten en letras,
en lo ancho de tus ojos que guardan
los recuerdos a estamparse en tu memoria.
en la punta de los dedos que toman tus sueños
y los convierten en letras,
en lo ancho de tus ojos que guardan
los recuerdos a estamparse en tu memoria.
Aparezco en las mejillas de los muertos,
en el lino el sudario,
en los ramos de difuntos y en las perlas de la viuda,
esperando a que me miren
por quien soy,
por lo que encierro.
en el lino el sudario,
en los ramos de difuntos y en las perlas de la viuda,
esperando a que me miren
por quien soy,
por lo que encierro.
Mírame de nuevo,
llénate de mí,
pues abundo en la ciudad de tus amores,
eterno en las montañas y pasajero en las calles.
llénate de mí,
pues abundo en la ciudad de tus amores,
eterno en las montañas y pasajero en las calles.
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