Cuando la música se convierte en inspiración
Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.
Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?
[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]
20160402
“Heart of Glass” —Blondie
cumplía 42 años. su sonrisa mengüaba como luna frente al monitor del ordenador donde la monotonía se repetía en pornografía. cumshots, racial, sado, trans, elderly, obese. había visto —y hecho, de todo. a sus 42, ¿qué sorpresas encontraría en lo sexual? ¿qué placeres pendientes por experimentar? ¿qué aventurillas por conquistar?
cumplía 42 y, desde que el número 4 rondaba la inicial de su edad, cazaba echado. si es cierto ese cuentico de que todos los caminos llevan a roma, esa era su realidad. una donde todos esos pussies, adolescentes o añejados, vírgenes o experimentados, rasurados —y los más old-school forrados en un bush bien arreglado, se presentaban literalmente a su puerta, su facebook, su mesenger y su skype.
a sus recién estrenados 42, ya no era un casanova. no tenía nada que cazar. después de tantas jugarretas y de una juventud experimentada, había aprendido que no era necesario buscar presas ni asediar, mucho menos importunar. tampoco se lamentaba la ausencia de amantes pues el dicho también es cierto: siempre hay más peces en el mar. además, su apariencia escueta, su habla tajante y su misterio de mister-know-it-all, eran la miel perfecta para atrapar las mosquitas, quienes creyéndose vivas, morían en un affair intenso, placentero y vacío.
lo conocí junto a un johny walker black label en las rocas. tres cubos de hielo y ese oro líquido magnificando ese efecto je ne sais quoi a través de un chat en skype. hablamos de todo y de nada, de cosas que parecen tan inteligentes que se olvidan, de mensajes breves que se transformaron a una videollamada cuando soy yo quien odia hablar. que le mostrara una teta, sonrió la imagen pixelada. que me invitara a un trago en persona, respondí yo. varias noches después —y pocos kilómetros de distancia, cumplieron la predicción. la teta. el trago. el hielo derritiéndose en un refill de johny walker, celebrando frente al ordenador su cumpleaños número 42.
—NGB.DA20160403/08
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