Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20140328

Promesas

Relato inspirado en Promises, de Fugazi





Entró con cuidado, para no hacer mucho ruido. Las miradas se fijaron en ella. Seis jóvenes, casi niños, con el miedo flotando entre las cejas. Caminó en el pasillo frente a ellos y se sentó al fondo, con las otras chicas, casi niñas también, que habían llegado para "la despedida" del grupo.

Ahora está allí, esperando. Una a una, las meretrices son escogidas por los niños-cadetes y se retiran a sus respectivos privados, autorizados especialmente para la ocasión. Assenne queda última, revisa el galpón con la vista y sus ojos se detienen en las pupilas dilatadas de un veinteañero moreno, encorvado sobre su litera, y que la mira con tristeza.

Assenne se estremece por dentro. El cadete es grande, muy grande, parece ser fuerte y no tiene el miedo a flor de piel que caracteriza a otros antes de la primera misión. Corta edad y miedo eran dos ventajas que esperaba tener para esta, la que había decidido sería su última encomienda. Olen es todo lo contrario a lo que ella había esperado encontrar.

Él, sentado, la observa con sorpresa y tristeza. Esta chica que le ha tocado en suerte parece una mala broma. "Es casi idéntica", piensa, y decide retirarle la vista.

Pero Assenne está decidida y no ha llegado hasta allí, hasta ese día específico en su vida, hasta esa noche, para no hacer nada. Se levanta y le ofrece su mano a Olen. "Deberíamos comenzar, pronto se terminará el tiempo y sonará la sirena", le dice, con la voz más dulce que logra fingir.

Olen no contesta. Baja la mirada y se lleva una mano al rostro. "¿Te importa si solo fingimos que hemos terminado con esto? Puedes escanear mi CR para que pruebes que has cumplido", le dice. Assenne está sorprendida, nunca le había pasado antes. Estos cadetes, llevados al extremo en sus entrenamientos previos a las misiones, eran bombas de hormonas que solo lograban descargarse la noche antes de la partida.

De pie, estupefacta, lo observa.

—¿Tienes miedo?

—¿Eh?

—Miedo, a morir.

—No. No... no estés allí de pie, por favor, siéntate.

—¿Qué es, entonces?­

—Olen, soy Olen Ref.

­—Assenne.

—Assenne. No es miedo a la muerte, Assenne. No. Supongo que tú puedes entenderlo. ¿Te gusta la vida que llevas?

Ella lo observa sorprendida. Mueve la cabeza hacia los lados, incapaz de pronunciar el "no" con la boca.

—A mí tampoco. Verás, yo no quería enlistarme. Mi padre murió en la batalla de 2134 y a mis hermanos y a mí se nos asignó el rol siendo aún pequeños... no sé, he escuchado con ustedes es igual.

Assenne asiente con un nuevo gesto de su cabeza.

—El punto es que no temo a la muerte. La muerte, en mis circunstancias, sería una consecuencia lógica, una pérdida previsible, y para mí, una liberación. Sabes que los Ahdalls se han vuelto más fuertes, tienen armas nuevas y no tardarán en sitiar esta ciudad. El bosque ya no es seguro tampoco, he escuchado que comienzan a poner bombas y nadie se lo explica porque no son detectados por los módulos de vigilancia...

Lo escucha en silencio, fascinada. También ha soñado con tomar las armas y pelear esa guerra que van perdiendo, que la dejó huérfana y la convirtió en lo que ahora es. Esa guerra que los había vuelto una sociedad automatizada y en las que la vida valía cada vez menos. Esa guerra en la que no le importaría morir.

—... y es ahora, justo ahora que salgo a mi primera misión, que me doy cuenta de que no es esto lo que quiero. De pronto me doy cuenta de que quiero vivir.

Olen se voltea y la mira fijo a los ojos. Le explica que hay una cadete muy parecida a ella. Son los mismos ojos, le dice, la nariz, sólo las distingue el hecho de que tienen diferentes complexiones físicas. Él ha quedado prendado de los ojos de la cadete desde que la conoció, le dice. Le explica que siente no merecerla, que se siente un cobarde porque ella le ha propuesto muchas veces escapar y él no ha tenido el valor para someterla a semejante riesgo. Que ella tiene todo un plan de escape que incluye arrancarse los chips de roles con cuchillos, de modo que no puedan rastrearlos, que ella le ha prometido que no importa si viven poco, que ese poco tiempo compensaría toda una vida de conformidad si no lo hacen. Ahora se irá a su primera misión mientras ella aún está en entrenamiento, y posiblemente muera y nunca logre cumplirle su deseo de escaparse juntos a las aldeas de las montañas occidentales y vivir allí marginados, pobres y felices. Quizá merezca morir, le dice, como un pobre infeliz que simplemente tiene demasiado miedo de perderla.

—Desertar, quieren desertar.

—¡Cállate! No sé por qué te he dicho todo esto. Por favor, por favor sal ya.

Olen se arremanga el uniforme para dejar su chip de rol a la vista, de modo que ella pueda escanearlo e irse. A Assenne se le ilumina el rostro, lo toma del brazo desnudo y le pide que salgan juntos hasta las barracas de las mujeres. Le explica con prisas un plan disparatado que lo termina de asustar, pero aún así la sigue y salen juntos, entre las sombras, con los corazones acelerados, hacia la sección de mujeres del campamento.


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Por la mañana suenan las alarmas. Falta un cadete. Presumen que se ha fugado con una de las meretrices que ha llegado la noche anterior. No salen a buscarlos porque es momento de preparar el lanzamiento de las unidades que deben ir a misión.

En las barracas de mujeres todas están alistándose para una nueva jornada de entrenamiento. Entre las cadetes-niñas que se alistan, solo una lo hace con una sonrisa amplia. Se ajusta un vendaje en el antebrazo con el CR recién cambiado, y se pone la chaqueta con su nombre, su nuevo nombre: Adalli Sekhian.

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