Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20170206

Presente simple


















(Relato inspirado en Present Tense de Radiohead)

La luz del sol comienza a colarse por la ventana a través de un pequeño espacio sin cerrar de la cortina. Laura mira el reloj en la mesita, casi las siete, con ese rayito color naranja cayendo sobre el cuerpo inerte de Paco, que la ha dejado mucho antes de lo que le había prometido. Que la ha dejado sin casa, sin seguro de vida, sin carro. Sin todo lo que habían perdido para poder sobrellevar la enfermedad. Que solo le ha dejado un corazón roto, un montón de deudas y a Paquito de cuatro años, dormido en el cuarto de al lado, sin saber nada, sin imaginar. Tiene que despertarlo. Tiene que decirle. Pero cómo explicarle. ¿Tendría que decirle, tu papá murió? ¿así sin más? ¿o hacerle la historia del cielo y Dios y todo eso?  No sabe y ya es demasiado tarde. Tendría que haber pensado antes, tener todo el discurso listo, porque ahora no está preparada para romperle el corazón al niño también, ya con el de ella es suficiente.

Muy pronto tiene que hacer llamadas, llamar al doctor, al forense. Qué sabe ella a quién avisar, al único hermano, a los pocos amigos. Nada estaba pensado así. Paco tendría que  haber estado en el hospital, más grave que eso. Tendría que haber muerto auxiliado, no con ella dormida cuando se suponía que tenía que estar cuidándolo. No allí en su cama, con el niño al otro lado de la puerta.
No sabe cómo, pero tiene que hacerlo.

- Paquito - llama suave, como un murmullo. Se sorprende de que su voz pueda sonar tan dulce.
- Paquito - vuelve a llamar. Acaricia la seda de ese pelo todavía tierno. Baja por la curva de ese perfil tantas veces acariciado, deseando que no fuera verdad lo que va a decirle, que fuera una mañana como cualquier otra, que lo estuviera despertando para ir al kinder. El niño se despereza haciendo pucheritos, sin abrir los ojos.

- Todavía no - apenas dice, y de una vuelta se revuelve entre las sábanas como gusano.
- Ya es hora.

Lo ve incorporarse, restregarse los ojos, señalar hacia la cabecera de la cama.

- No es hora, ¿qué no ves que el sol todavía no está pegando en la cama?
- Es que es otra hora, niño. Es que tengo que contarte algo.
- ¿Algo como una historia?

Laura no sabe si es una historia. Podría parecérsele. Podría ser dulce, con el final feliz del padre cuidándolo desde el cielo.

- ¿Te acordás que papá estaba enfermo? - comienza. Lo ve abrir tremendos ojos y decir sí con la cabeza. – Bueno, pues papá se fue - continua, suavizando su voz o tratando de suavizarla para que las palabras no salgan al ritmo de su corazón.

- ¿Cómo es que se fue?
- Se fue al cielo, mi amor. Ya no va a volver…

Ella no pueda evitar una lágrima. Paquito solo la mira, con grandes ojos fijos y pensativos.
-  Pero ma, ¿cómo es que se fue? ¿Se fue volando?

Algo como una historia, piensa Laura, con el final feliz del padre cuidándolo desde el cielo.

- Sí, se fue volando…
- ¿Pero, cómo? ¿Cómo voló? ¿Se fue en avión, o de repente le salieron alas? ¿Cómo?
- Con alas…
- Con alas… Pero eran de metal como las de Buzz Ligthyear o como de pájaro?

No sabe qué decir. ¿Qué va a saber cómo son unas alas que nunca ha visto? Solo quiere que aquello termine, que el niño no se aflija. ¿Qué le va a decir?

- No sé, Paquito
- ¿Cómo es que no sabés? Vos de seguro estabas allí cuando se fue, le tenés que haber visto las alas. Si yo hubiera estado allí le hubiera visto las alas. Lo hubiera visto irse hasta el cielo, le hubiera dicho adiós…

Laura nada más lo abraza, lo pega junto a su pecho, dejando caer varias lágrimas sobre el pelo todavía tierno.

- Eran alas blancas – comienza - Con plumas de pájaro, pero más grandes, porque la verdad es que ahora es un ángel y está al lado de Jesús para cuidarnos.
- ¡Ah, bueno! – dice - De un salto se levanta de la cama y toma el control remoto 
 - ¿Puedo ver tele antes de irnos al kinder?
- Sí podés, mientras hago unas llamadas… Hoy no vamos a ir al kinder.
- ¿Ah, no? Entonces puedo ver los Power Rangers Dino Trueno… El Ranger rojo es el que más me gusta, tiene súper poderes, y también vuela como pa, pero el Ranger rojo no tiene alas, creo que puede volar porque el traje es especial. ¿Segura que le viste las alas a papá? ¿No tenía un traje especial?
- No, no tenía un traje especial -  Le dice, mientras el niño se encoge de hombros. Lo mira detenidamente, ya está viendo televisión y no la mira a ella. Parece que estaba bien. Va a estar bien. Se sorprende de lo sencillo de aquella cabecita. “El papá se fue volando y ya”. Como si fuera tan sencillo.

- Te voy a dejar aquí un ratito – Le dice - Voy a hablar por teléfono. Después desayunamos. ¿Sí? No vayas a salir del cuarto todavía – Cierra la puerta.

No pasó ni un minuto, el tiempo que se tardó en ir a la sala por el teléfono. De vuelta lo enuentra allí, parado junto al cadáver, dos grandes lágrimas resvalan por sus cachetes. Se voltea hacia ella con las manos hechas puño cayendo a los lados.

- ¡Sos una mentirosa! – dice Paquito – Me dijiste que papá se había ido volando al cielo. Y mirá allí está. No se fue volando, ¡mentirosa! ¡Está muerto!

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