Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20170206

La nausée en la tina

La nausée en la tina


inspirado en Present Tense - Radiohead
heal blind love
is that even a sentence? she didn’t know
she’s ––

Se dieron un último beso que parecía a penas una pista, el primero de muchos. En público, un beso en la mejilla es solo una promesa. En privado, había habido miles de besos de labios húmedos y sedientos, cuerpos sudando; las barbilla se raspan con besos y barbas. Adiós; tranquilo y casual. ¿Cuántos deseos habían contado sin contar cada beso?

Cayeron suspiros y amenes y cosquillas se asentaron en el estómago, separados. (Mis piernas aún tiemblan, dice; pero no cuenta, jamás.) Un buen respiro y ella, espalda recta, sale preparada para lo peor, el peso del ahora no cuenta cuando canta el pasado y condiciona al futuro, y empieza entonces a avanzar sin él a su lado, pero con él en su mente. Azulejos y piedritas firmas no se comparan con la estabilidad de sus emociones, como late tranquilamente mi corazón al verte estar allí, aquí. Hay distancia, y la acepto, le dice saboreando el té helado con menta. Solo allí, en un café que ahora ya no existe, sirven buen té helado hecho en caso.

Debe ser la menta.

O es que, como ya se está yendo el verano, el hielo mentolado sabe mejor que nunca.

(Esta es su vida, con barbilla raspada y encontrando sabor a lo insaboro.)

Ignoró a los testigos y se fijó de nuevo en los labios quebradizos, había que volver a besarlos. ¿Es normal que se besen y abracen? Hace tiempos que ya en su cabeza se habían besado, y cada vez que hablaban él se iba a un mundo en el que no había barreras ni tapujos.  Pero había que irse, dejarla; la semana empezaba y la vida sigue. Me quedo hasta el viernes.

Había que caminar, y necesitaba café de manera urgente. Lo acompañan, el largo de la calle y en cada callejón, el murmullo de la música, cada elemento de cada canción. Así suenan los espacios de descanso: a los pedazos de belleza que le revelan sus gustos, que graba. Y pesa más su cuerpo que de costumbre, con esta mente liviana.

Su camisa está empapada en sudor.

Aún tiene ropa limpia, pero todo le da la impresión de estar usado y envejecido, salvo por el recuerdo de él y ella.

(Deja correr el agua y se llena la bañera. Se deja caer en el manto del agua caliente, una cerveza y lee La Nausée, solo.)

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