Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20140518

Cathy



Cada quien escoge su veneno, o vicio; esa fuente de destrucción placentera, pues existen cosas que nos hacen daño, o nos hacen daño a medida hagan daño a nuestro entorno… y que aún así nos enamoran. ¿Será el caso de todos? Jim nunca sabría decirlo, pues únicamente reconocía la lógica detrás de perseguir las ganas y las pulsiones. No compartía el pensamiento de Juan, quien tenía una serenidad y sensatez capaz de afectar y contagiar a quien se le acercara. “Es que vos porque te hacés ese tipo de preguntas, Jim.” Al final, de todas formas, entendían profundamente qué era lo que no entendían del otro. Descansaban en este acuerdo tácito que guiaba, llevaba, alimentaba la amistad.

La siguiente ronda la iba a pagar Jim, Juan siempre pagaba la primera. Eso era como siempre, pero algo que le decía a Jim que algo había cambiado. Juan parecía haber perdido algo de su inseguridad que caracterizaba la manera en la que hesitaba antes de tomar cualquier decisión que podría cuestionar la forma en la que tenían que fluir las cosas.  Hasta sonreía más de lado, como con picardía y confianza.

“¿Tenés fuego?” preguntó Jim, habiendo buscado cerillos en sus bolsillos.

“Perame” dice el otro, y empieza a buscar en su blazer, acción interrumpida bruscamente con una mueca y una mirada viendo al frente. Se levanta Juan a recibir a una mujer que viene caminando, brazos abiertos y saludo de beso.

“Jim, te presento a Cathy”.

Ella es la razón por la que Juan se siente, o por lo menos se ve, mejor que nunca. Juan que ha buscado y buscado lazos estables con mujeres a veces hasta vacías, hoy a parece en sintonía con una mujer elegante e inteligente, hasta misteriosa. Dicen, recuerda Jim, que uno no escoge quien causa qué impresión en ti. A veces solo pasa que, bueno, conocés a alguien que te atrapa, te gusta, a la primera. Otras veces, todos sabemos, la primera impresión no es representativa de esa atracción creciente que nace y vive entre dos personas, de manera bilateral en el mejor de los casos; o hacia una persona. Otro cigarro, y otra ronda, y lo más embriagante era la sonrisa, la cara, la energía de esta mujer. Su risa, sonaba cada vez más familiar y atractiva, como si se acercaran más a medida pasaba el tiempo. ¿Cómo hacen, este tipo de mujeres, para aparecer un día con todo lo que pudiera pedir? Y Jim, tranquilo, poniendo barreras a medida, en su mente, se compenetraba más con la compañía de Cathy.

“Ya vengo”, y sonrió. Quizás iba al baño, y Jim la siguió en su mente a otro bar, a otra calle, a otro momento en el que han estado solos por mucho tiempo.

La sonrisa y la seguridad de Juan eran como el sello de un amor y una emoción sin precedente. Ella es, le contaba a Jim. Desde esa vez que se la presentaron, no tenía más remedio que intentar conocerla más y seducirla, sin la seguridad de que esta mujer, tan interesante y entretenida, iba a permitirlo. Pero parece que queremos lo mismo, por suerte que tuvo de que se cruzara con ella en el camino.

Le bajó el nivel de sonrisa, lo miró y le dijo “A ella no te dejo, Jim.”

“Por supuesto.”

Cathy regresó, y era el turno de Jim de levantarse. Sus pensamientos lo siguieron, no había llegado al baño cuando había decidido dejarla irla. Sacarla de la cabeza. Comerse la curiosidad por saber si a él también le podría hacer lo que le hizo a Jim. Igual, Sara lo estaba esperando, en la cama de ella. Sara era lo que Jim de verdad necesitaba, porque no le pedía nada. Aunque ella le dijera esas palabras dulces como… ¿Cómo fue lo último que le dijo? Que entre más tiempo pasaban juntos, más tiempo quería que pasaran juntos. “¿Qué hacemos Jim?” ¿Y qué iban a hacer, pues? Nada: sólo entender que las cosas van a pasar en los términos de Jim. Que falta mucho para que Jim ceda lo que lo hace sentir más cómodo y apegarse a los modelos de una relación estable. Que pasan cosas que te provocan otras cosas, que no hay que renunciar a ellas. Más bien, hay que actuar en función de los deseos. Pero, hoy no puede. Hoy, quizás, esté ganando Sara, con esta lealtad que lo empuja a la cama que no quiere. Ya, se lavó la cara, se volvió a ver al espejo por última vez, y regresó a la mesa.

Cathy pidió una siguiente ronda. Ya casi era viernes, ¿qué tiene de malo? Ya eran las 11, se le había hecho tarde a Juan. ¿Y entonces? Cathy propuso quedarse con Jim, tomarse la última, y ya. Podía confiar en él para llegar bien a su casa, ver a Juan mañana, normal; y otro día encontrarse de nuevo los tres. Juan dejó el dinero de su parte, Jim insistió en que no. Los tres de pie, Juan se fue después de darle besos a su novia y un abrazo a su buen amigo.


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