Let me say that since, baby, since we've been together
Loving you forever is what I need
Oh let me be the one you come running to
I'll never be untrue
Oh let's, let's stay together
Lovin' you whether, whether
Times are good or bad, happy or sad, alright, oh yeah
Whether times are good or bad, happy or sad
Como me encanta "Let's stay together" (1971).
Al ritmo y con los beats heredados de la carrera como baterista de soul, Al Green canta y enamora. Emociona con sus falsettos, de los cuales él dudada. Willie Mitchell, el productor, dice que la única vez que se peleó con Al Green fue por "Let's stay together", porque Al Green "no creía que iba a ser un hit" después de reescribir la letra en como 5 minutos antes de grabar.
Pasó a ser número 1 como por 19 semanas y considerada la canción número 60, además de ser retomada en bodas y cenas de San Valentín porque, pues sí, es sobre el amor. "Incondicional" le llaman unos, yo le digo íntimo a esa característica de trascender las barreras de las circunstancias externas a cómo se ven dos personas, cómo estas entienden su relación. O, bueno, no sé; quizás me equivoco, pero creo que no debería de costar tanto quererse.
Y lo que aprendí de Quentin Tarantino en Pulp Fiction (1994), de la escena en la que vemos la espalda de Marsellus Wallace poniéndole condiciones estrictas a Butch (Bruce Willis), es que Let's stay together es más. Es tan buena, tan seductora que puede darle vida a muchos escenarios. "Pride only hurts, it never helps", le dice a Butch. "On the fifth your ass goes down".
Puede ser la canción que escuchás para despejar la mente al punto de que estás sola e invencible, puede ser el detonador de nostalgia y de afecto, puede ser la que bailás con alguien con quien compartís el buen humor, puede ser el motor de conservación y amor-propio o, al contrario, un momento de entrega y de dejar todo. ¿Quién sabe? Todo puede pasar.
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