Relato basado en Know How de Kings of Convenience
Ella decidió que el viernes tuviera sabor a lunes y que la
gente fuera desapareciendo implacable de la oficina, que la soledad fuera ese
lugar a donde nadie quiere ir, que la noche tuviera resabios de una amargura
que no se calma ni con el silencio de la oficina. El silencio de sillas solas,
negras y malgastadas, de paredes blancas y de historias que se fueron y
terminaron cuando menos se lo esperaba.
Ella lo decidió. Extrañar en la esquina más rota de las palabras. Extrañar, porque de eso se trata. De saber que los días ya no tienen pliegos en los qué colgarse. Esto es lo que queda. Cada quien solo por su lado. Esa simplicidad de los días y las noches del mismo color y el mismo sabor, sin sonrisas a medias ni tertulias inventadas. Sin nada, por cierto, nada más que inventar.
Ella lo decidió. Extrañar en la esquina más rota de las palabras. Extrañar, porque de eso se trata. De saber que los días ya no tienen pliegos en los qué colgarse. Esto es lo que queda. Cada quien solo por su lado. Esa simplicidad de los días y las noches del mismo color y el mismo sabor, sin sonrisas a medias ni tertulias inventadas. Sin nada, por cierto, nada más que inventar.
Ella decidió que el viernes no tuviera sonido.
Decidió seguir.
Decidió escribir.
Sin saber cómo.
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