Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20131029

Malo... malote...

Hora: 7 a.m.
Ciudad: San Salvador.
Trayecto: Desde tu casa a la oficina, aproximadamente 10 Kms.
Nivel de dificultad: Debido al tráfico y a la densidad poblacional de la ciudad... MÁXIMA.
Estrategia de traslado: Abordar dos buses.
Meta: Llegar a las 8 a.m.

Una creería que la vida es sencilla en su más mínima expresión, trasladarse al lugar de trabajo debería ser un momento aprovechado para ver el paisaje, para avanzar en la lectura del libro de turno, para meditar y planificar la semana. Hasta que se da cuenta que comparte el espacio del bus con aproximadamente 80 personas. 

Ella empezó a trabajar en esa oficina hace como tres meses... el ambiente y las funciones eran muy distintas a las que realizaba en una escuela de teatro en un pueblo perdido en el interior del país, ahora era una mujer decente y oficinista. Aún se negaba en usar las falda y chaqueta propias de esos puestos burocráticos. Se dio a la tarea de no apartarse tanto de la comodidad de los zapatos pachos y la versatilidad de los pantalones. 

Cada mañana sale de su casa, se enfrenta a la multitud, que como ella, busca llegar puntual al trabajo. Nunca sospechó que en este nuevo trayecto conocería a la maldad.

Él... no pasa de 1.25 metros, su cuerpo gordo y soso, su carita de niño... su uniforme de escuela pública. Su cabello casi rapado, su sonrisa diabólica. Cada mañana se traslada de su casa a la escuela, lo acompaña su madre, mujer de mediana edad, posiblemente contemporánea de nuestra protagonista, su pinta es distinta, desordenada, melena colocha tinturada, piel clara, siempre con cara de estres. 

La primera vez que se encontraron en la 44 fue determinante para esta relación de coexistencia. 

Contexto: bus casi lleno, al rededor de 48 personas sentadas y otras 24 de pie, entre ellas... ella... con su cartera, su libro y su bolsito donde lleva su almuerzo. De repente suben. 

El silencio reina, él con su forma torpe de moverse logra pasar por la máquina rotativa del bus, su madre se entretiene pagando el pasaje, en realidad lo que está haciendo es dejar que su hijo tome posesión del bus. Nada será igual.

Ese niño, con cuerpo de troll, mocoso, con cara de mediodormido a propósito, se rebuscó por golpear a cada uno de los presentes que iban de pie, más a algunos que iban sentados a la orilla del pasillo. Se fue a detener justo al lado de ella, si... ella que siempre odió a los niños como él, con esa incapacidad de manejar su propio cuerpo. Se detuvo en ella, el impulso de la marcha del bus hizo que él se impactara en su cadera. Pero entonces ella no se imaginaba que aquello no había sido un accidente, no, era una treta.

Lo vio con misericordia y pensó que menos mal que no se golpeó el niño. ¡Pobre ingenua!

Veinte minutos de viaje fueron suficientes, en ese lapso de tiempo, él la moquió, se quedó arrecostado adormitado sobre su hombro, eructó, dijo sentirse mareado... mientras su malvada madre hacía lo mejor que podía... ignorarlo. 

Ella se sintió mal por el chico. 

Pronto todo terminó, ella se movió pues tocaba bajarse. Cuando caminaba a la oficina, pensó en el cipote, le dio "cosita", quiso pensar que jamás lo vería. No fue así.

"Tengo tres meses de estar viajando en esta ruta, al menos tres veces a la semana lo veo... he llegado a la conclusión de que el cipote tiene un problema de psicomotricidad gruesa... ni quiero saber cómo será la fina... nunca he sido muy afecta a los cipotes entre esa edad, esa edad en la que no son ni niños ni adolescentes... pero hoy menos. Al inicio pensaba que su madre era una arpía, que lo dejaba a sus anchas para que su torpe hijo nos golpeara a todos, pero no... ahora comprendo... yo haría lo mismo, si esa mujer tratara controlar a su hijo en el bus, es muy seguro que ambos cayeran al piso. Pobre mujer, comprendo su cara de amargura."

Aquella mañana ella se sentía mal, la fiebre la había perseguido, sospechaba que tenía una infección de vías urinarias, deseaba con fuerzas tener un traslado tranquilo a su oficina. Es decir, deseaba no encontrarse con el niño. 

Pero nada es como deseamos, nada. Ahí estaba, justo cuando él y su madre subían, alguien le cedía el asiento a ella, pensó que tenía suerte a pesar de todo, el asiento cedido estaba del lado de la ventana, no habría forma que ese niño la golpeara ahora que ella se sentía tan mal. ¡Pobre ingenua! 

"Me senté, justo en ese momento, mi compañero de asiento se levantó, dejando libre el espacio. ¿Por qué? ¿Por qué la vida me hace esto?... él se acercó y al ver el asiento libre, su rostro se iluminó y se avalanzó para sentarse. Lo supe, su fuerza era tal que no le permitiría detenerse a tiempo. Sus 120 libras cayeron sobre mí. Mi instinto hizo que pusiera las manos a la altura que caería... lo empujé para que se quitara, su madre vio el gesto, la via  ella, la vi con cara de 'detesto a los niños... y más al suyo!', ella no se inmutó. Me esperaban 20 minutos de compartir espacio con él. Por supuesto, él que no entiende de limites de espacio personal, se quedó dormido sobre mi, con la cabeza echada para atrás, con su boca abierta, con sus mocos manando de la nariz, con su ronquido horriblemente atragantado... Mátenme por favor... ¿por qué no ocurre un accidente de tráfico cuando lo necesito?"

Con dificultad se quitó al niño de encima, la iba aplastando, el dolor de cuerpo y fiebre le incrementaban la sensación de aplastada, la madre del niño se sentó donde ella iba y con gran ternura tomó al niño, quien la abrazó y murmuró algo. "Mi bebito" contestó la mujer. 

o_O

A ella le pareció que el niño se incorporó justo cuando ella se dirigía a la puerta trasera del bus, le hizo un guiño y le dijo murmuradito... "nos vemos mañana". 

Cuando reaccionó, ella estaba en el hospital, una enfermera le explicó que sus heridas sanarían pronto, que la caída del bus fue brutal, pero que era afortunada, un buen samaritano la había auxiliado y ahora su fiebre estaba controlada y vio su pierna enyesada. "Se recuperará", dijo la enfermera, mientras le inyectaba un líquido en la sonda que iba hacia su brazo derecho. 

Al fondo, en la ventana de vidrio que separaba el cuarto del pasillo, estaba él, su pelo casi al rape, sus 120 libras sosas y flojas, su uniforme siempre chorreado, su mirada perdida diciendo... "nos vemos en la 44".

"Alguien, por favor... ¡máteme!"

20131027

Amor Fati, La Musa Del Destino



Usa la cabeza para pensar y la mayor parte de veces, para soñar.


Una adicta al amor y de la libertad que se encierra bajo los sueños. Los problemas son el trampolín más grande para acercarse a lo que quiere conocer, descubrir y crear.


Queremos junto a ella desaparecer.

Es la clásica persona que siempre llega tarde, porque el destino así se lo dijo.
Es aquella que le duele el alma más que el corazón.

Al final no se distingue si es un espíritu o es una persona, un ángel o un demonio, pero más de alguna vez en la vida, te la encontrarás y la vivirás..

Reencarna en lo desconocido, viaja con los sentidos, llena vacíos y siempre hace sentir mejor. Aunque muchas veces, no la entiendes, muchas veces la odias por lo que te brinda, ella es la que te pide que sigas, la que te empuja y te dice: “MOVE ON”.

Muchos la odiamos, la detestamos, no la queremos ni ver, no somos lo suficiente fuertes para co-existir con ella.

Muchos le llamamos voluntad.

La voluntad de crear nuestro propio destino. De re-inventarnos.

La voluntad de tener la libertad para ser nosotros mismos y hacer nuestro destino.

Amor Fati, es el amor que yo sigo.


This life you've got 
 The light to guide
 Your faith decides

 The roads you're going to find



20131020

Orestes - A Perfect Circle



          "Please, help me." the boy asked Chloe.

          Night shifts were always the most difficult to handle since all personeel was left to minimum requirements.

          "Thank you for volunteering Chloe." Doctor Ralph acknowledged earlier in the afternoon.

          "No problem Doctor. I know that I'll have to face this shift eventually, so I figured it would be smart to reach it first by volunteering rather than it reached me by surprise."  she said with a smile.

          "No need to worry, everything should go smooth, just follow the patients' records and everything shall be on its way. However, if there were any emergencies, I say, *anything* just call me" He said just before leaving the hospital.

          "I've revised your record. Everything's on schedule and there's no indication for further medication, of any kind. I'm afraid I can't override Doctor's orders." she replied with a soothing voice trying to traquilize the boy.

          The boy was trembling. He stared at her long enough to make her feel uncomfortable. The pain in his eyes was beyond any physical explanation. Chloe knew it. It was emotional pain.

          "Let me see what I can do." She murmured. "Just try to be quiet, ok?"

          The boy laid down, sinking his head on the pillow, shaking his hands with desperation.

          "I promise I'll be back." she said holding his hand.

          Chloe took the small medicine bottles from the table next to the bed and went outside the room. Closing the door, she sighed alone in the white, sterile corridor. There was no one. Night shifts required one nurse per floor and she was assigned floor number 11. Sooner than later she realized this wouldn't be a normal shift as she was told.

          She examined the boy's record again. Bycicle accident, nothing serious. The broken leg was already in its plaster cast, pain relievers every 6 hours, nothing more. Doctor Ralph notes mentioned he arrived alone, no company and no family to call.

          "Nothing, Doctor Ralph wrote nothing else." she murmured. "Now, what am I supposed to do? There's nothing I can do for emotional discomfort. Maybe some induced sleep might help."

          Chloe left the boy's record on top of the nursery desk, took a small crystal bottle and a syringe. She took some steps heading to the boy's room when she stopped with uncertainty. She looked at the small bottle in her hand, looked behind to the desk. "Everything shall be written in the medical records" she recalled her med school lessons. She returned and grabbed the medical records with her.

          The boy was restless waiting with eyes wide open, looking for some relief in the dark room. He jumped frightened when the door opened.

          "This will help you sleep." Chloe started preparing some sedative dose.

          "Please, make it go away. This... this war inside."

          "War inside? What do you mean with "war inside'?"

          "It's too much doctor. I can't deal with it. It's burning... here... inside." He said pressing his chest.

          "Don't worry. *This* will end it all little boy. I'm not your doctor, but I'm your assigned nurse tonight.  Everything will just be fine. Tomorrow you'll wake up in perfect shape."

          "No... it will not be ok... Make me sleep. Help me go away..."

          "Shhh... breathe. Don't fight it." She said staring directly into his eyes. She pulled the blanket away, took his left arm, tried to reach for his arm vein but his blood vessels were so weak she had a hard time finding it. The boy was trembling, looking at her with desperation.

          "This will help you sleep. That's all."  She put the syringe in his arm and pushed the plunge, blending that marvelous liquid into his bloodstream, fading him away with the pain...


--
NGB.DA20131021. "Orestes" - A Perfect Circle.
---





20131013

Welcome to the Blue.


En algún momento histórico E.Y. Harburg dijo que "una canción te hace sentir un pensamiento". Y si lo vemos más allá de eso, te hace sentir un recuerdo, te hace sentir una historia, te hace sentir que perteneces a ese momento de la canción.

A veces oímos música, escuchamos nuestras canciones favoritas, a veces las dejamos de fondo, y están allí, como el sonido de la lluvia que cae, o de una estrella fugaz que cae a lo lejos. Pero qué pasa cuándo oímos esa canción y dejamos fluir la imaginación. ¿Pueden nuevas historias crearse de la inspiración de otros? ¿Podemos encender nuestra propia mente creativa con el producto de otras mentes que antes pensaron, imaginaron, le dieron vida a otros sentimientos y emociones?

De eso se trata Non-Grily Blue. De imaginar y crear otro mundo, basados en un mundo que alguien creó en una canción.

Porque las aquí firmantes: Delmy, Karla, Mariana, Paty, Ivonne, Ana y Flor; vivimos, respiramos, desayunamos, jugamos, odiamos, queremos, amamos con música de fondo todo el tiempo...

Y todo el tiempo pensamos, imaginamos qué otras historias ocultan las canciones, qué otras historias no fueron contadas, qué queda por decir cuando las últimas notas y palabras sonaron.

Así es como va a funcionar esto: se toma, se asimila, se produce una historia nueva a partir de una canción.

Lo desconocido está esperando en nuestro interior para convertir cada canción en nuevas palabras.

Welcome to the blue!!







Reporting Non-Girly Blue
Delmy Alvarenga
Flor Aragón