Despertó pensando en hacer la mejor construcción de su vida, algo que hiciera ver a París hacia arriba y sentirse orgulloso de su estética en el arte. Algo que rompiera la monotonía del cielo cuando los enamorados estuvieran besándose en los Campos Elíseos.
Sabía que Gustav Eiffel presentaría una idea y debía hacer sus planos antes que ese engreído.
Cogió el sobretodo que aún goteaba lodo por su salida la noche anterior, volvió a vestirlo, calzó sus botas de montaña sin amarrar y salió a buscar más material para su idea.
Cruzó la esquina y se encontró a la pelirroja que le gustaba ver cuando pasaba por la calle de oficinas gubernamentales. Una mujer en sus treintas, no muy delgada, gafas de culo de botella y zapatos adelantados para su época que le daban un look como las diosas de las revistas que guardaba entre el colchón.
Cuando la vio doblar la calle que cruza el parque central, dio la vuelta para seguirla. Había esperado mucho para acercarse a ella porque ésta -en particular- le gustaba mucho. Ella parecía sonreírle sin miedo y no quería perderla.
Al día siguiente sintió una profunda tristeza al ver por su ventana del cuarto piso, que las patrullas de policías cercaban la zona y los uniformados hacían preguntas a los vecinos de la calle. Nadie sabía el destino de la pelirroja que le encantaba. Nunca llegó a su casa y su familia puso la denuncia.
No sabía cómo reaccionar. No quería salir de su agujero por miedo al cuestionamiento de posible sospechoso, así que la llamó con el pensamiento. Cerró los ojos y la pensó hasta que sintió su olor. La respiró hasta que el rostro le cambió de color.
Dejó que pasaran unos días hasta que cesaran las averiguaciones y decidió ir a buscarla al parque central, a ver si había alguna pista. Nada. Sería imposible encontrarla.
Varias mañanas después, sentado en el sofá incómodo por los resortes sueltos, bebiendo el mismo café con sabor a tierra y fingiendo leer el periódico, vio por la ventana a alguien parecida. Se emocionó al pensar que podía ser su pelirroja de siempre, pero al afinar la vista, entendió que no podía ser su amor. Sin embargo se atrevió a seguir a la nueva imagen de sus deseos. A seguirla con la mirada mientras bajaba corriendo las gradas con pintura desgastada y se ponía su sobretodo con el mismo lodo seco de hace unos días. La siguió con los ojos y la nariz, mordiéndose los labios y frotándose las manos. La siguió hasta que no pudo más.
Varios meses más tarde, cuando se encontró con el ingeniero de moda, Gustav Eiffel, ante el comité, sonrió al ver sus propios planos enrollados bajo el brazo, con la confianza en que su idea era la más conveniente.
Llegó el momento de su entrevista. Escucha su nombre, se levanta de la silla, camina orgulloso hacia la sala de espera y la policía irrumpe para sujetarle los brazos mientras otro par de uniformados le quita los planos y coloca las esposas. Los asistentes exaltados y confundidos, gritan pidiendo explicación.
El gendarme sostiene tembloroso entre sus manos los planos del siempre sospechoso. Sabe lo que hay y no quiere ver. Se acerca dudoso hacia la mesa donde estaban los demás planos de quienes competían por la idea de la estructura que representara a la hermosa París. Los extiende, gira un poco unos con otros y el silencio pesa en la sala: rostros, manos, cabellos, piernas -largas y cortas- casi todas pelirrojas, formando una especie de pirámide con base cuadrada y cuatro niveles hacia arriba terminados en una punta perfecta. Una idea terminada y lista para ser iluminada. Su propia idea de belleza esperando a ser construida y publicitada. Una perfecta estructura de cadáveres pelirrojos.
Cuando la música se convierte en inspiración
Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.
Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?
[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario