¿Cuántos tonos de azul puede el ojo percibir?
Cuando @florsypower me contó que el nombre de “non-girly blue” nació a causa de su cámara fotográfica (esa con la que además de capturar a su gata, captura nubes y cielos de muchos colores), jamás imaginé que sería víctima de la subjetividad del color. Será la foto o serán mis ojos, pero yo la sigo viendo más violeta que azul. Definitivamente no se puede argumentar contra la colorimetría del ojo ajeno.
Tendrá poco sentido relacionar el “azul” de una cámara fotográfica con el azul literario que tan orgullosamente ostentamos de ser “non-girly”; pero hoy, dos años de música e historias después, descubro que es una metáfora precisa que detrás de este azul (que no es “navy blue”, ni “baby blue”, ni azul cielo, ni azul bandera) se encuentran mujeres que, más que con los ojos, enfocan con la imaginación. Mujeres que, por dos años ya, continúan abriendo su corazón como un obturador para capturar sonoridad y, a través de historias de letras, revelar fragmentos de vida, de sueños, de anhelos, de reflexiones, pero sobre todo, de reencuentros con todo aquello que nos hace esencialmente humanos.
Dos años van siend0 ya los que escuchamos y junto a este no-girly blue expresamos, más que letras, vida.
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