Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20150921

El mundo de Daniela


Relato inspirado en Marilyn Manson - Cupid carries a gun

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INT. CASA EN LA FLOR BLANCA/ TERRAZA - MEDIA TARDE


Daniela (16) y Ana (17) están sentadas en el piso de la terraza, orilladas debajo del techo El almuerzo familiar se acaba de terminar, las cosas han sido recogidas y los que tenían que irse reanudaron su jornada, mientras las primas se quedaron echándose un café y cigarros. Los abuelos y algún adulto hacen siesta, por lo que no pueden poner música. Se escucha que el agua pasa por tragantes y cae del techo, pero ya se calmó la lluvia.


DANIELA
¿Te acordás cuando llamamos al vecino para hacerle una broma?


ANA
¡Calláte! Casi llama a la policía…


DANIELA
Yo no sé quién nos enseñó a hacer esas llamadas...


ANA
Pero esa vez sí nos caló…


DANIELA
Mucho nos dejaban ver tele. Cuando subíamos al cuarto de huéspedes que había en esta casa, ¿te acordás?


ANA


Era más divertido encerrarnos con mi tía. Pero vos casi no venías.


DANIELA
En el cuarto de visitas había una tele bien, bien, vieja, pero tenía cable. Con señal muy mala, me acuerdo.


Daban MTV y yo me ponía al borde de la cama con la cabeza al revés, acostada boca abajo, y veía el mundo al revés.


ANA
Cuando desarmábamos el cuarto y jugábamos fashion show, también hacíamos un mundo al revés, vos.


DANIELA
Pero casi nunca me dejaban quedarme a dormir. No como ahora. Deberíamos jugar a eso de ver el mundo al revés.

Si el mundo fuera al revés, doliera menos la cabeza, porque la sangre fluyera y nadie se quejara de migrañas ni de varices. Los brazos fueran más largos que las piernas y todos tuvieran pestañas admirables a lo Marilyn Monroe, nadie se anduviera preocupando por ponerse pestañas falsas, de esas que amanecen pegadas al rostro. ¡Qué aguante el de la mujer que se arregla para ir a una boda! Rasurarse, depilarse, y el pedicure y el manicure; el vestido, los zapatos, la dieta para el vestido y los zapatos… Maquillaje, peinado, pistoleado y peinado; capas de maquillaje, y pestañas como de muñeca cuando la ocasión lo amerita. Pero en el mundo al revés, las bodas son matrimonios que se tratan de conexiones fortalecidas entre dos personas y las promesas de éxito compartido. Un, dos, tres, brindis por los novios! Y no hay receta para una boda perfecta, en el mundo al revés nadie ha escuchado la palabra “protocolo”. Los ladros perran, los coches nos manejan a nosotros y los artistas le aplauden a uno. Porque las cosas son fáciles, pero sólo en el mundo al revés. Si las cosas fueran fáciles, el internet fuera gratis, la memoria inagotable y la batería del teléfono ilimitada. Nadie jamás se ha equivocado, en un mundo así; no nos queda más que querernos, sin pasar por el obstáculo de tragar la masa pesada de anécdotas pasadas, que no te involucran, que no deben ser tuyas. No hay enojo, no hay desesperanza, sólo hay danzas y relevos, porque la música cambia y el tempo sube, sube, sube, mientras que en la vida real baja. ¡Vámonos, encerrémonos toda la tarde! Para escapar del mundo 3D a un mundo escrito en código frágil pero único, imbuscable, imposible, lejos de las manos envidiosas de terceros. Así se puede tener un mundo al revés sin migrañas, conflictos arrancados de nuestros pechos, despojados del entretejido de la sensibilidad y la vulnerabilidad. Un mundo con perdón y con guiños, con seguridad y confianza, con piernas sin calambres y vicios que no matan.

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