Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20160425

Rojo carmesí

Relato inspirado en la canción "Y si fuera ella" de Alejandro Sanz.


Al ingeniero Guzmán le dolía el estómago, llegó a su oficina y se encerró luego de que su secretaria le había dicho que su esposa le había llamado. "Le urge comunicarse con usted", apuntó la mujer enfundada en una estrecha falda azul marino y tacones negros con suela roja.

"Sos el cliché andando", pensó el ingeniero Guzmán al ver a su secretaria, lo había pensado desde el primer día que se conocieron.

En su oficina se sentó en su silla reclinable, muy cómoda y confortable, lo envolvía el aire acondicionado, salvándolo del horrible calor tropical, no podía ser de otra manera, si no hubiera muerto enfundado en aquel costoso traje y ahorcado por la corbata. 

Al ingeniero Guzmán le pasa algo, está mal, suspira, cierra los ojos y piensa en su mujer. La ama. Eso es lo que pasa. La ama tanto que no logra comprender por qué o de donde nace tanto amor. Se siente como un adolescente en ese instante. Se regaña a sí mismo diciéndose un "sos un pendejo", auto dedicándose el peor insulto: "pareces mujercita".

Todo esto no tuviera nada de raro si el distinguido ingeniero Guzmán no fuera un puto de primera calidad. Durante todo su matrimonio se ha dedicado a cogerse a toda mujer que se dejara, incluyendo a su secretaria. 25 años de recorrer senos, pubis y espaldas. Por supuesto, su mujer nunca dijo nada, ella... con su paciencia infinita y su sonrisa siempre distante era un ser pulcro y apartado de toda malicia. Era la mujer ideal para ser infiel. El ingeniero Guzmán siempre supuso que sufría en silencio, que era consciente del marido que tiene. No se imaginó nunca la verdad.

El ingeniero Guzmán sigue con los ojos cerrados, su cuello descansa en su suave y hermosa silla reclinable, no quiere abrir los ojos, está recordando a su mujer, a su alma. Se reconoce en perdición.

Su mujer lo acaba de abandonar, se fue con la vecina.

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