Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]
Mostrando las entradas con la etiqueta Know how. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Know how. Mostrar todas las entradas

20141027

La plática y la estación de tren


Relato inspirado en "Know How" feat. Feist de Kings Of Convenience

Suerte que llegaron a tiempo. A las 23h49 llegaron corriendo, sin aliento, respirando alivio. Se vuelven a ver en complicidad y se entregan a las risas, rendidos en la banca. Una vez pasado el shock de que los iba a dejar el tren que los llevaba a la casa de él allí en las cercanías de la ciudad adonde es más aburrido pero más barato, pudieron retomaron la plática que habían empezado.

Una misma conversación se dividió en días, noches, aposentos, viajes. La plática comenzó una noche que empezó teniendo cara de día normal, común y corriente; pero fueron las manos de estas pláticas que deformaron el encuentro. Como títeres, fueron envueltos y caminaron juntos en dirección a una aventura con risas suavizadas por suspiros de deseos. ¿Qué es esto, por Dios? ¿Qué hacemos? O, bueno, dejemos que las cosas vivan, quitando las preguntas del camino. De todas formas el amanecer se encargó de callar las voces y soltar las manos. 

"Dejá de morderte las uñas", dicen otras voces que interfieren como tijeras con tu estado de ánimo, interrumpen los nervios del duelo, el olvido, el final del último episodio que no queremos que acabe. ¿Y qué si las manos sueltas quedan inquietas? Sudan en el lapso intermediario entre voces y manos que se tocan. Sudan y crean, producen dispuestas a llenar el vacío de los deseos. ¿O será el hambre de los malos hábitos? La falta de sueño te endulza el oído, enamorándote del tiempo abstracto y la rebeldía del cuerpo, de la apertura para que tu mente viaje y dude. Algún día quizás, y quizás no ellos, no juntos, vivirán de nuevo de risas suavizadas por suspiros de deseos. 

Pero el correo hace trampa, trayendo a las palabras a que se besen de nuevo. Y se devuelvan los besos, como un juego de verano, sin reglas como promesas. Solo es el contacto, la correspondencia, mensajes... hasta que se vuelve un trampolín y se da el salto a un poco más lejos, más hondo, sin decirte cuán lejos es lo seguro, sin salvavidas. "El lenguaje como facilitador de las oportunidades", dijo un filósofo que no existe. 

Ella era la joven de camisa blanca y suéter negro,  una silueta conocida que no habla de sus expectativas. Sí, la que está de pie a la par de los teléfonos públicos, en la estación de tren a la que arribó desvelada. Ven, vamos por acá; y se llevó su maleta y ella se regó el café encima. ¡Malditos los vasos desechables! Y qué bueno que las manchas de café se quitan. No pasa nada; siguieron adelante, aterrizando en la playa con música clásica que suena en la cabeza como banda sonora de un prólogo que antecede crónicas de momentos valiosos.

Las palabras no habían desmejorado con el tiempo que había pasado. Parecían haberse abierto y convertido en una sala familiar particularmente bohemia y cómoda, al estilo de identidades que se compenetran al punto de crecer a menudo hablan. Más, más y mejor. Fueron colgando los cuadros de las conclusiones que hacían, imágenes en acuarela de la secuencia de conversaciones. Uno, dos, tres, cuatro, cinco días de una burbuja de acuarela que no dejaba ver limitantes. ¿Qué pasa después? ¿Cómo se vive la implosión de sentimientos y de ganas? ¿Dónde, en la línea del tiempo, están las últimas palabras con ternura  y las primeras con desdén?

Rendidos en la banca esa última noche, él le pido que le siguiera contando de todo esto que ella producía. Que era por él, le dijo; que se leyera en esta prosa incierta. 

No pasó a halago y no le devolvió el cumplido ni el compromiso. Nada más dio medio vuelta, giró alrededor de la conversación, haciendo un nudo que decía que él solo quería que se la pasaran bien y no pasaran de pasarla bien. Chocaron los límites de él con las ganas de saber más, de quedarse hasta el final. De allí partieron para avanzar hacia el día siguiente en retroceso. 

Eran más las palabras y fases de la confusión que nadaban adentro de ella que las cosas que se dijeron. Retomaron una conversación que habían empezado pero ya la habían terminado. Era una huésped y su bienvenida se estaba venciendo y la noche estaba creciendo. Cerró los ojos, le dio la espalda. Los iba abrir e iba a ver la estación y los teléfonos públicos que conoció en la ida, ahora en el regreso.

"Know How" - Kings of Convenience



          El viento era un animal extraño sacudiento todo a su alrededor. Hojas de ciprés volaban por doquier. “Este clima no es normal” exclamé. “Esperá a que te metás a la piscina” sonreiste. “Definitivamente no! Me voy a congelar” “No, ya vas a ver… es una piscina mágica…” dijiste con un destello de malicia en los ojos.

          Era sábado cuando llegamos. El agua color verde amarillo serpenteaba de forma seductora. Era una cama vibrante de agua tibia. El sol se colaba entre rendijas de hojas y del cielo, una suave lluvia de hojas de almendro bailaba con el agua. Era un pequeño santuario guardián de un amor milenario, un amor que se manifestaba en pequeñas plantitas de todos colores, de hormigas inofensivas, de brisa disfrazada de canciones, de tambores de Fela Kuti y guitarras de Nick Drake.


          Era un día en la vida, un día sin asombros calculados, solo los pequeños detalles producto de una creciente conexión entre vos y yo. Poco es necesario para encontrarnos, para conversar entre cerveza y cerveza y mientras las canciones cambian y el sol se oculta en el horizonte de agua salada, vos y yo nos miramos en silencio y nos confesamos todas las verdades, esas que ya sabemos, pero que siempre en la playa encuentran el mejor momento para salir.


          “Quisiera repetirlo” sonrío mientras miro las fotografías.


NGB.DA20141027

20141024

Sin saber cómo

Relato basado en Know How de Kings of Convenience

Ella decidió que el viernes tuviera sabor a lunes y que la gente fuera desapareciendo implacable de la oficina, que la soledad fuera ese lugar a donde nadie quiere ir, que la noche tuviera resabios de una amargura que no se calma ni con el silencio de la oficina. El silencio de sillas solas, negras y malgastadas, de paredes blancas y de historias que se fueron y terminaron cuando menos se lo esperaba.

Ella lo decidió. Extrañar en la esquina más rota de las palabras. Extrañar, porque de eso se trata. De saber que los días ya no tienen pliegos en los qué colgarse. Esto es lo que queda. Cada quien solo por su lado. Esa simplicidad de los días y las noches del mismo color y el mismo sabor, sin sonrisas a medias ni tertulias inventadas. Sin nada, por cierto, nada más que inventar.

Ella decidió que el viernes no tuviera sonido.

Decidió seguir.

Decidió escribir.


Sin saber cómo. 

20141023

Mundo real





Relato inspirado en "Know How" de Kings of Convenience



La vida era simple para él, sólo era cuestión de esperar. Desayunó, se levantó a correr y regresó a casa a bañarse para ir al club. Aburrido, se fue a la cancha para ver si alguien jugaba tenis a esa hora, pero no había nadie. No iba nunca a las piscinas. De todas maneras, ya casi no hacía ejercicio, no se veía a muchos correr por las mañanas o salir a los jardines, al menos a los pocos que quedaban.

No se invertía mucho esfuerzo en nada y la gente sólo trabajaba unas cuantas horas al día. Su asistente le llamó para avisarle que tenía su cita con el masajista a las diez. Ah sí, tenía que mantener sus músculos en forma. No quería que le pasara lo mismo que al vecino. Colgó.


Todo el día era aburrido. Pero ya sabía que tenía que hacer. Llegó a su sala, encendió el televisor y vió el anuncio que estaba esperando. Siguió las direcciones y llegó a un edificio enorme que nunca había visto. Lo recibió una mujer con una sonrisa artificial, rubia y más prefabricada que su ropa. Entendió que tenían que hacer eso si querían vender, así que ocultó su molestia y la siguió hasta la sala donde le dieron todas las instrucciones. Era un programa de seis meses. Comenzaba con pasos cortos y luego avanzaba hacia todo eso que quería hacer y que lo sacaría de su vida sin color. Todos los días eran iguales y ya estaba harto. Si el dinero no le podía comprar diversión, entonces... ¿Para que tenía dinero?

No habían circos ya, eran más los cantantes virtuales que los reales y las obras de teatro eran obsoletas, todos querían películas. Los parques eran escasos, la televisión hartaba después de un tiempo y no tenía amigos dispuestos a viajar para verse porque se les hacía más fácil una teleconferencia. Si el entretenimiento no estaba afuera, tendría que buscarlo adentro.

Llegó la hora recomendada. Como le dijeron, no cenó y tomó poca agua, tomó un baño fresco y se puso su ropa más cómoda. Cerró los ojos y trató de relajarse, esperando el milagro. Nada pasó, sólo se levantó con la garganta seca y unas enormes ganas de comer, pero le habían dicho que eso sería lo de esperar en los primeros cuatro días, era muy raro que todo comenzara el mismo día.

Pasó el segundo día... nada. Y así hasta el sexto, cuando comenzó a soñar. Al principio sólo eran sombras y vagos contornos, gente conocida y repeticiones de las mismas cosas que hacía durante el día. Le dijeron que intentara algo "consciente": escribir, leer, encender un interruptor de luz o pararse en un pie. Quiso hacerlo y despertó, eufórico.

Los días ya no fueron iguales entonces. El tiempo se le hacía elástico porque las noches nunca llegaban pronto. Primero fueron las luces, después las carreteras sin fin y luego lo mejor: crear paisajes. Noche, tras noche, disfrutaba en su paraíso personal de todo lo que no podía hacer allá afuera. Ver árboles donde ya no habían, mirar lagos donde ahora existía sólo arena o palmeras donde ahora tenían macetas, correr en plazas hermosas de ciudades remotas que visitó algún día una sola vez. Podía hacer todo lo que quisiera. No importaba si estaba en una ciudad con concreto en todas partes, podría ir a la montaña y ver el mar cuando quisiera. Si así lo deseaba, podía ver las ciudades desde el cielo y despejar los cielos o ver un eclipse.

Una noche, fue a una playa hermosa con un acantilado y se lanzó al agua para bucear. Adentro, miraba la arena y otros peces que nunca había contemplado más que en libros. Cuando despertó, decidió que era hora de ir a las piscinas porque tenía que intentarlo. Quería saber qué se sentía. Sin pensarlo, se lanzó desde una esquina. Fue alucinante y sentir que no estaba rodeado de aire y pisando suelo firme lo aturdió. Acá no podría respirar bajo el agua y comprendió que había sido una estupidez. El pánico entraba en su cuerpo en cada gota de agua que iba por su nariz y sentía como su garganta se cerraba, su cabeza se sentía estallar y comenzaba a perder la visión. Sintió unas manos fuertes y toscas sacarlo del agua. Tosió y respiró con desesperación, buscando el aire en bocanadas que no eran suficientes para quitarle el miedo de los huesos.

 - ¿Está bien, señor?

Después de unos minutos, al fin pudo hablar.


 - Sí, más vivo que nunca. Gracias.

20141020

Deberías escuchar Kings of Convenience

Estaba apoyada en la barra de mi favorito, una noche alcoholizada de día de semana en el 2007, cuando  me recomendaron "Deberías escuchar a Kings of Convenience. Te van a encantar. Es música hermosa, como Simon and Garfunkle".

Fui a mi computadora y gracias a LimeWire descargué canciones de lo que se transformó en parte de mis artistas favoritos: Kings of Convenience y las melodías serenas, tranquilas y a menudo melancólicas. Es música que te abraza, te detiene, que acaricia y a veces te deprime por la misma melancolía ya mencionada. Raras son las canciones alegres, que te levantan y te animan; aunque las hay, existen en el amplio repertorio compuesto por dos personas. Escuchamos una o dos voces, guitarra o piano o ambos, y a veces se agregan otros sonidos. A la base acústica se le suman los experimentos líricos y a veces la letra entra en conflicto con la melodía: puede que la letra sea más triste y hasta trágica que el ritmo que te abraza.

Comparto la recomendación que me dieron en un bar, y específicamente "Know How " feat. Feist, del CD Riot on an empty street. El caso de Know-How se me hace comparable al principio de una historia de amor, contada y animada por expresiones curiosas y dos voces, una más seductora y otra más emotiva... Al ritmo que les digo que caracteriza al grupo que escogí.



Riding on this know-how
Never been here before
Peculiarly entrusted
Possibly that's all
Is history recorded?
Does someone have a tape?
Surely, I'm no pioneer
Constellations stay the same

Just a little bit of danger
When intriguingly
Our little secret
Trusts that you trust me
'Cause no one will ever know
That this was happening
So tell me why you listen
When nobody's talking

What is there to know?
All this is what it is
You and me alone
Sheer simplicity

What is there to know?
All this is what it is
You and me alone
Sheer simplicity

What is there to know?
All this is what it is
You and me alone
Sheer simplicity