Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20151018

Blue - Joni Mitchell

Blue 

// That's why I became a confessional poet. I thought, "You better know who you're applauding up here." It was a compulsion to be honest with my audience. //

And I'm sorry for whichever man would meet my sorry state, watch this steady lonesome gate and be aware... y se quebraba su voz, recurrentemente ronca por el desvelo y los cigarros. Además que no solía hacer eso de agarrar la guitarra y tocar en público, pero esa noche se lo habían pedido. Dale, Andrea, tocá esa canción. Juan Camilo no tenía ni puta idea de quién era Andrea. Tenía años y años de ver a su círculo de amigos pero jamás hubiese podido decir "Ah, sí, la Andrea, yo la conozco..." Y ella reía de sí misma, pues aparentemente se estaba inventando la letra de la canción New Romantic, y fingiendo tener todo bajo control. Días pasaron, no sé cuántos días fueron exactamente, pero cuando él se acercó al balcón del segundo piso de la casa de sus papás, él vio de nuevo esa imagen de Andrea y su piel bronecada, con una voz talentosa y viciosa... ¡Chás! Aparecía ese rostros ordenado por el pelo desordenado, y unos versos bien sentidos y unas ganas de acercarse a conocer qué tantas pecas tiene. Qué mujer, Dios mío. Quizás habían estado antes en alguna reunión, alguna fiesta, alguna oportunidad de hacer cabuda para comprar más alcohol y terminar con Tic Tack sin admitirlo el día siguiente... Pero hoy, ese día, hace unos días, se había fijado en ella y al rededor de esta figura flotaba algo que había estado apagado, ¿quizás? No sabía qué pensar, y tosía.

Mientras Juan Camilo tosía, Andrea se hacía muchas preguntas. ¿Qué habrá querido decir J.P. Toussaint con Faire l'amour? ¿qué querrán decir dos cuerpos cuando se encuentras, cuando se acostumbran, cuando se separan? I don't love you anymore, you don't let me in, I won't let you in. ¿Porqué duele tanto? ¿Cuánto tiempo va a aguantar empujarlo con los pies y abrazarlo con los brazos? ¿O estará abrazando los ideales? Esos que da por sentado, por que ha pasado mucho tiempo desde aquel acto consciente de plasmar sobre un pedestal un conjunto de ideas, factores inexsitentes, dictadores invisibles de una marea de emociones. No sabés qué va a pasar, no te me acerqués. No es primera vez que hablaba sola, pero estaba sola, al final. Abandonó la preguntadera y se puso a bailar con su guitarra, en el delirio posterior al consumo excesivo de soledad, en el que las paredes desaparecen y se libran las manos de ataduras imaginarias. ¿Quién, yo? Yo no sé de qué estás hablando, y las llamadas seguían entrando irregularmente pero demasiado regular para alguien que sabe que Andrea, la nueva Andrea, no estaba disponible. Ojalá se le pase la adicción a terminarse sus frases y al placer del cariño y el perdón.


***

El le preguntó ¿Andrea? cuando creyó reconocera saliendo de la librería y ella le dijo Camilo, verdad, y él la corrigió, porque se llama Juan Camilo, si le dijo ella, es un nombre compuesto, no es un nombre con segundo nombre. Ella de hecho se llama Andrea Carolina, pero es un secreto que pocos saben. ¡Tan rápido y ya se cuentan secretos, mira! Ah, mira, de hecho si tenés tiempo, le dijo ella sin medir el impacto de sus palabras, podemos tomarnos un café acá, dicen que es muy bueno, y miticulosamente examinó los distintos tipos de café y pidió un molido específico y una palabra que él jamás había oído antes, "chemex". Él pidió un cappuccino y a los 10 minutos lo estaba endulzando con tres bolsitas de azúcar, mientras pensaba rápidamente en el sabor a café que prometían los labios resecos de Andrea, la amiga de alguien que se inventa las letras de canciones. Alguien muy suelto, en comparación a las demás de su edad. ¿Cuántos años tienen estso personajes? No lo sé, pero él es barbudo y a ella no le gusta, solo finge que sí; pero pasa que se anticipa a que si este señor la llegara a besar, la barba la molestaría, si no es que la lastimara. Hace tanto que no besaba a alguien que se dejó llevar por su imaginación pensando en que quizás no se nota, de todas formas. Sin embargo, justo cuando la conversación se tornó trivial pero apasionada con el debate de las producciones de Walt Disney, Juan Camilo atrapó el mensaje sutil de los ojos de ella, a lo cual él respondió que sí con su cuerpo, su pecho inclinado hacia delante con el pretexto de que las mesitas de café son muy bajas, hablando de lo que no existe, pensando lo que no se habla. Se muerde los labios y pregunta en voz alta que ¿por qué no nos conocimos antes? Podríamos ser vecinos pero cada uno había pasado desapercibido. Quizás es fatum, dijo ella, o quizás es el karma... Y en respuesta esto el cuerpo de él se enfrió porque ¿qué irá a pensar esta Andrea de su ateísmo?

Juan Camilo se llevó en el bolsillo esa sonrisa de ambos mostrando lo mejor de sí, de acuerdo con ideas que se deslizaban  pot la boca. Mientras saboreaba la promesa de acercársele más a Andrea, a los dedos que te dan ganas de vos también tocar guitarra  que... En eso se dio cuenta del posible sí Pero no. ¿Qué tal que esta sea la mujer que le rompa el corazón? Que esta vez haya un dolor del que No se repone, porque todos somos vulnerables a perder la Esperanza  y a cerrar puertas. ¿Qué tal que abrir sus piernas sobre sábanas frías borren lo que lo rodea, Lo que sucede, lo que él creía? Andrea, me tienes y aún no me tienes, ¿Qué me va a pasar cuando me tengás?

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