Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20150114

"Jeremy" - Pearl Jam


          Su primer recuerdo de terror fue cuando descubrió esas construcciones monumentales reverenciadas como catedrales donde la humanidad encarcelaba palabras impresas en celdas llamadas “libros”. Su segundo recuerdo, el descubrir el holocausto de árboles para producir ese papel, donde día tras día, nuevas palabras serían encarceladas y sentenciadas a cumplir la condena eterna de actuar como verdades a través de tratados, discursos y versiones oficiales de una historia que conformarían la realidad de un mañana.

          Era un ateo de las palabras. No confiaba en ellas, por lo tanto, tampoco creía en ellas. Lamentaba no haber nacido mudo pues la única imposición sobre él era la de usarlas todos los días como vocero oficial del Parlamento de la Razón. Procuraba hacer del silencio su única moneda: administrar su discurso, distinguirse únicamente por la economía de sus palabras y la impecable capacidad para desarmar cualquier argumento, desvarío y locura con un monosilábico, a veces dos.

          No tenía miedo de las palabras ni las odiaba, tampoco las respetaba, lo único que respetaba era a aquellos que sabían utilizarlas: los religiosos; los políticos; los publicistas; los escritores; los poetas; los trovadores; los voceros, que como él, reconocían a las palabras como un chorro de verdades incompletas de sesgada interpretación volando hacia el olvido con el viento en un torbellino confuso, pero que hechas canción, eran un arma poderosa disparando al subconsciente transformando la opinión. 

          Con el paso del tiempo, había aprendido a reconocer el uso de las palabras. La primera técnica que desarrolló fue “la elaboración”: a más pulcra y correcta gramática, más oculta la intención. La segunda técnica desarrollada fue “la medición”: la cantidad de palabras utilizadas determina la veracidad del discurso y es inversamente proporcional, a mayor uso de palabras, menor credibilidad. La tercera técnica, la más difícil de perfeccionar, fue la de “desarmar”: lograr que otros silenciosos como él, hablaran para aplicar los dos métodos anteriores.

          Sin embargo, a pesar de todas esas técnicas, Jeremías no sabía reconocer mentiras. Lo único que sabía era reconocer verdades. Verdades carentes de palabras. Verdades repletas de acciones. 





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NGB.DA20150114

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