Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20160320

Mi Heart of Glass



En mi vida pasada, bailé disco. Salí a estsos ambientes neuyorkinos a bailar, conectar, hablar y bailar más. Algunos dicen que el impacto vino de los clubes franceses, que ellos lo empezaron todo con Serge Gainsbourg, que eso migró y mutó. Descubrieron los gemidos de Donna Summer y los de Diana Ross en la versión larga de Donna Summer no se quedaron atrás. Era música que te hacía vibrar y dejarte ir, en la que resonaba este funk, el nuevo vehículo del soul y el r&b, vértigos de emociones universales en us letra al son de beats hechos para moverte. Vinieron los Bee Gees y the Village People, y el grupo Le Chic, peleando por entrar a Studio 54 un 31 de diciembre, se identificó como "Somos los que tocan esta canción!" cuando empezó a sonar Good times. Hubo una sucesión de momentos eufóricos que juntaron a un montón de artistas, de todo tipo de disciplinas. "Everyone was doing disco" y se juntó el punk con el disco, y surgió Heart of Glass, mi heart of glass, que bailo, que bailé cuando me sorprendieron en un cumpleaños y también cuando se casó una amiga. Tiene la energía de toda la banda con los giros bailables propios del disco, de bailar toda la noche, de dejarse llevar porque todo es frágil. Yo bailo aún, cuando suena a Disco, a funk y a Heart of glass.

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