Cuando la música se convierte en inspiración

Cuando la música se convierte en inspiración y la inspiración se transforma en historias es cuando nace Non-Girly Blue.

Somos un experimento literario conformado por mujeres amantes de las letras y la música. Cada quince días nos alternamos para recomendar una canción sobre la cual las demás non-girly blues soltamos la imaginación y nos inspiramos para escribir... escribir relatos, historias, cuentos, personajes y a veces hasta poemas. ¿Y por qué no pues?

[Publicaciones y canciones nuevas cada quince días]

20131216

Por ti

Tenes 17 años.

Tenes 17 años y la vida se te abre de par en par como centro comercial en navidad. Acabas de terminar segundo año de bachillerato y tenes esa forma de ser linda que solo se tiene a esa edad. Tenes la fuerza en el corazón para amar como solo se puede amar a esa edad.

Estas de vacaciones y el inicio de una libertad que no sabes cómo manejar. El colegio se quedó estático un momento, te ha dejado un par de meses para que jugués a vivir, para que hagas un simulacro para ver qué se siente ser casi adulta. 

Él ha estado rondándote durante más de medio año, con toda la precaución de la que sos capaz lo dejaste acercarse. Cuando viste que es inofensivo lo dejaste ser tu amigo. Jamás has entendido a los muchachos, tampoco a tus compañeras, a decir verdad. Más de alguna ya te lo dijo, vos le gustas a él. Eso te puso alerta.

La primera pista propia fue que leían juntos. 

Eso te destripió, no habías conocido a nadie más callado que vos, más lector que vos, más loco que vos... hasta que chocaste con él en el pasillo del colegio. Es un poco mayor que vos y tiene los ojos que siempre supusiste que tendría el amor. Lo mirabas de lejos a veces, sin querer interrumpir cuando iba en el bus, cuando interactuaba con sus compañeros de clases y cuando hablaba con otras muchachas, no era igual con vos, cuando te veía, cuando te hablaba, cuando te llevaba esos malditos chocolates que tanto detestas, pero que igual se los agarras y los guardas para que tus hermanas los devoren, él tenía una forma de mirar que no la usaba con nadie más, solo con vos. 

Dos días antes te había llamado por teléfono, no recordabas si le habías dado el número, pero de repente su vos al contestar. El momento de vergüenza al no saber qué contestar te lo reservas para tu historia personal, menos mal que no había nadie a tu alrededor que fuera testigo de tu rubor, de tu vos tartamuda, de tu sorpresa al escuchar su voz invitándote al cine. El miércoles. 

Tenes 17 años y todo el miedo del mundo en tu piel... y todo el miedo del mundo para preguntarle a tu papá si te deja ir al cine el miércoles. Agarras todo el coraje del mundo, al fin y al cabo en algún momento tenes que preguntar. "¿Con quién vas a ir?" fue la pregunta que te hizo de entrada tu papá, no tuviste corazón para mentirle y decirle que irías con alguna amiga, le dijiste la verdad. No sabes cómo es que te dio permiso. Claro primero te interrogó hasta el último detalle... día, hora, lugar, película, de dónde lo conocías, a qué año iba, dónde vivía y si irían a otro lugar después. No sabes ni cómo pudiste darle toda la información requerida a tu papá, al parecer se quedó satisfecho, no tranquilo... satisfecho... de momento. Le prometiste que le llamarías a la oficina al regresar a casa.

Tenes 17 años y casi un mes de no verlo, algo que pocas veces has sentido llega a tu estómago, es de ese mismo tipo de vértigo que te da justo antes de un examen de matemáticas. Te da la impresión de que no sos como las demás muchachas de tu edad que se ven tan sueltas al relacionarse con los muchachos, a vos te cuesta, te da pena aburrirlos y otros simplemente no te interesan pero ni para hacerles un favor. Con él es diferente, te parece increíble todo lo que pueden hablar, durante horas pueden conversar de todo lo que les maravilla de la vida, de los libros leídos, de las películas vistas, de los lugares que quieren conocer, de lo que quieren ser cuando sean grandes. De los sueños, de los miedos, de los compañeros, de los amaneceres. ¿Será esto estar enamorada? Aún no lo sabes. Solo sabes que es algo que jamás habías sentido. 

Ya casi es navidad, con esa excusa buscas un libro que leíste hace poco, tuviste que ahorrar de tu mesada durante varias semanas para comprarlo, cuando lo leíste sentiste que el mundo tenía otro tono, otro impulso, otro latido. Decidiste que se lo regalarías porque sabías que a él también le impactaría. Lo envolviste con papel kraft, ese que es café y que a todo mundo le parecía feo, vos amabas ese papel, era hermoso, le encasquetaste un laza azul y te pereció el regalo más hermoso del mundo. 

Aquel miércoles tomaste el regalo y otros dos libros que le prestarías, los metiste en una bolsa plástica, te pusiste tus jeans, los tenis y una camisa a cuadros que le robaste a tu papá y con los ajustes necesarios para que fuera de tu medida. Peinaste tus cabellos negros y por fin usaste el brillo labial que tu mamá te regaló para tu cumpleaños meses atrás, te pusiste unos aritos y los lentes que no podías dejar de usar... te viste al espejo. Eras la misma y estabas cambiada. Tenés 17 y estas enamorada. 

La calle, el viento y el tráfico, la mitad de las cosas te dan miedo, pocas veces salías sola, pero la condición de ir en la mañana al cine era para protegerte, según tu papá, Llegas a la parada de buses, te había dicho tu mamá todo el recorrido que debías hacer, que tuvieras cuidado, que las cosas están difíciles, que los tiempos ya no eran los que eran cuando ella tenía 17, ahora es mucho más peligroso. Mientras tanto tu papá en su oficina veía el reloj y sabía que ibas en camino a encontrarte con el nefasto adolescente que te tenía pensando duro y tupido. 

Llega la 44, es la que te lleva hasta metro, lo abordas, pagas el pasaje y con los libros, primorosamente abrazados contra tu pecho, buscas un asiento, solo hay lugar al lado de una maitra con pinta de brava. Le pedis permiso por favor y ella te cede espacio para que te sentes, le preguntas "¿este bus llega a metro?"... "ajá" te contesta la mujer. 

Notas que ve de reojo la bolsa que contiene los libros, al parecer le interesa saber cuáles son, vos le sonreís, es tan fácil sonreír a los extraños a los 17, la maitra te mira y ha de pensar que sos otra cipota como cualquier otra, tan común, no tan corriente... después de todo llevas libros en tu regazo. 

¿Notará ella que una canción suena interminablemente en tu interior? ¿Habrá pasado esta mujer que viaja a tu lado, lo que estás pasando vos? Esa forma tan extraña de existir a través de la música, esa forma tan extraña de vivir pensando en un muchacho, en un tipo que te saca las mejores sonrisas de tu repertorio? ¿Sabrá esta adulta, como tantos otros adultos, el grito que llevas dentro? 

Y la ves ahí, es morena, bajita, pelo negro, muy negro.. como el tuyo, tendrá unos 30 y pico de años, lleva jeans y una blusa, lleva puestos unos audífonos, te agrada ver que los adultos escuchen música, aunque sea de esa aburrida que escuchan ellos. De repente ves que sonríe y empieza a mover la pierna izquierda, reconoces el ritmo que marca su pierna... alcanzas a escuchar el beat que sale de sus audífonos, te sorprende que esté escuchando tecno, de ese tecno empalagoso, de ese tecno inverosimil. Sonreís, pensas que el mundo tiene remedio si una adulta es capaz de disfrutar la música de tu generación.

Llegas a tu destino, te pones de pie y con la misma educación con la que pediste permiso al sentarte, igual pedis permiso para salir del asiento, alcanzas a ver que de la cartera de la mujer asoma un libro. Te sentís un poco cómplice. "Que le vaya bien" le decis y ella te sonríe. 

Te bajas del bus, el mundo es caótico, algo te dice que no te han dicho todo lo que implica salir a él, sabes que te vas a sorprender, que vas a llorar más de alguna vez, sabes que después de este miércoles nada será igual con él, algo va a cambiar, no sabes si tendrás tu primer beso, no sabes qué es lo que te recorre al ritmo de los beats, el viento te revuelve los cabellos y vos estás feliz con lo que sos, porque lo que sos le gusta a otra persona, porque lo que sos sigue en crecimiento pero estás segura que lo básico ya lo tenes. 

Allá va ella, con sus 17, sus libros, su música y su enamoramiento, la ves bajarse del bus... te pareció primorosa la forma en que había arreglado una camisa demasiado grande para que le quedara, sus tenis casi la hacían levitar... No sabes su circunstancia, ni sus timideces... la ves y te da la impresión de que va a encontrarse con alguien importante.

Vos seguis tu camino en la 44 mientras ella se interna en las entrañas del centro comercial... "tendrá unos 17" pensaste. Notaste su sorpresa cuando se percató de lo que vas escuchando. No se esperaba la muchachita eso.

Vos tenes 36 y a veces recordás cómo fue tener 17 y pedirle permiso a tu papá para ir por primera vez en toda la vida al cine con un muchacho.

Ella tiene 17, pero igual podría tener 21, o 30 o como vos, 36 y el corazón les va a latir siempre con el mismo ímpetu, con el mismo ritmo, con el mismo candor. Porque todas sentimos eso, porque todas nos enamoramos al menos una vez en la vida. Porque esa vida que a veces parece tan cabrona, también nos trae sorpresas agradables, como ver a una muchachita cargando unos libros para su primer amor. 



NOTA: Esta semana nos toca relato libre, con canción elegida al gusto, para mí es difícil salir de mis rutinas, de mis gustos establecidos y aunque me considero de otros géneros esta canción llegó a mis oídos la semana pasada mientras iba a la oficina. Es un pequeño homenaje a la niña que se sentó a mi lado y a tantas otras que viven los 17 de la manera más coherente que se puede: a través de la música dulzona, porque el corazón a esa edad es precisamente eso... un dulce. Por ti, que me recordaste que no importa la edad que tengamos, todas las mujeres tenemos el derecho de recordar que nuestro corazón también puede ser dulce.  KR

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